«17 de septiembre de 1835. Mientras iba caminando, me encontré con dos tortugas inmensas que debían de pesar cada una al menos 200 libras. Una de ellas estaba comiendo un pedazo de cactus y cuando me acerqué, me miró fijamente y fue alejándose lentamente. La otra emitió un profundo siseo y escondió la cabeza».
Aquellas fueron las palabras de Charles Darwin tan solo dos días después de su llegada a las Islas Galápagos a bordo del barco de expedición HMS Beagle tras un viaje de cinco años y 40 000 millas en busca de descubrimientos científicos. Durante el mes que pasó allí, hizo descubrimientos que constituyeron la base de sus revolucionarias teorías de la evolución y establecieron el área como uno de los lugares más fascinantes y ecológicamente diversos del mundo.
Casi 180 años más tarde, este destacado archipiélago, situado a unos 1000 kilómetros de la costa de Ecuador, sigue siendo único. Una enorme diversidad de condiciones predomina en cada una de las islas generando una forma de selección natural darwiniana y especies de animales y plantas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Alrededor del 40 por ciento de la fauna salvaje son especies endémicas de las Galápagos, incluidas las iguanas marinas, los famosos pinzones de Darwin y, por supuesto, aquellas tortugas gigantes que mostraron tal desagrado ante la llegada del joven científico.
Durante los últimos 55 años, la responsabilidad de generar los conocimientos científicos necesarios para proteger las islas la ha asumido la Charles Darwin Foundation, que en 1964 dio el importante paso de crear allí una estación de investigación. Hoy en día constituye la base para más de 100 científicos, estudiantes, docentes y voluntarios comprometidos con la investigación de la flora y fauna de las islas con el fin de ayudar a preservar los ecosistemas únicos de la destrucción irreparable.
Durante sus 50 años de existencia, la Estación Científica ha desempeñado un papel fundamental a la hora de salvar las tortugas gigantes, iconos del archipiélago, de su extinción. Además, ha sido decisiva en la creación de la Reserva Marina Galápagos de 135 000 km² y, desde comienzos de los años 1970, ha garantizado fondos y ha apoyado la financiación de becas científicas para 1300 estudiantes ecuatorianos. El trabajo de esta institución ha desempeñado un papel crucial a la hora de asegurar que las Galápagos sigan siendo un lugar donde el 95 por ciento de la biodiversidad original está todavía intacta.
Este año, la Estación Científica cumple su 50 aniversario y es más especial todavía, pues, hasta hace 3 años, el futuro tanto de la Estación Científica como de las propias Islas Galápagos parecía bastante negro: la Charles Darwin Foundation luchaba por su supervivencia financiera debido a la crisis económica mundial y la falta de una gestión efectiva de costes. No obstante, fue salvada cuando Swen Lorenz, un inversor alemán de 36 años, visitó las islas durante sus vacaciones. Cuando vio que la situación se estaba agravando, dejó su hogar y su trabajo bien remunerado en Londres para volver a las Galápagos y trabajar a tiempo completo como CEO de la Fundación. Desde entonces, ha usado sus habilidades financieras para convertirla en una organización rentable con un presupuesto anual de USD 3,5 millones.
La celebración del aniversario comenzó con motivo del SIHH en enero, donde Lorenz formó parte de la presentación del evento destacado de IWC «Inside the Wave» y explicó los planes previstos para el resto del año. El programa de eventos incluye la presentación pública del nuevo sendero de visitantes, de una cafetería y tienda en junio en las Islas Galápagos y la celebración de una cena de gala en Quito a finales del año, donde las celebridades y los destacados políticos procedentes de todo el mundo conocerán más sobre los logros de la fundación realizados a lo largo del pasado medio siglo.
Los invitados de la cena de gala también descubrirán cómo Lorenz recurrió a IWCpidiendo ayuda para facilitar el nuevo rumbo de la organización, ya que sabía que la manufactura relojera suiza goza de una reputación sólida en el apoyo de proyectos filantrópicos bien seleccionados en todo el mundo.
IWC ha estado ayudando a niños desfavorecidos a través de largas colaboraciones con organizaciones tales como la Laureus Sport for Good Foundation y la Antoine de Saint-Exupéry – d’Agay Foundation. Manteniéndose fiel al compromiso de la empresa de ser ecológicamente responsable, la sede de IWC en Schaffhausen es CO2 neutral desde 2007 y cubre toda su necesidad energética con energía hidroeléctrica ecológica.
La colaboración de IWC con la Charles Darwin Foundation comenzó en 2009, el bicentenario del nacimiento del científico. Desde entonces, la relojería de Schaffhausen ha aportado una considerable suma anual destinada a asegurar el futuro de la Estación Científica. Georges Kern, CEO de IWC, afirma: «Como manufactura global de relojes, IWC se siente comprometida con la responsabilidad social. Por lo tanto, hemos apostado por apoyar el trabajo de la Charles Darwin Foundation a largo plazo para hacer un esfuerzo continuado y ayudar a preservar este espacio de belleza natural».
«HEMOS COMBINADO ELEMENTOS DE LA SIMPLICIDAD ESTÉTICA DEL PASADO CON EL CARACTERÍSTICO BISEL GIRATORIO INTERIOR Y LA FACILIDAD DE USO DE UN BISEL EXTERIOR QUE RESULTA FÁCIL DE MANIPULAR DURANTE UNA INMERSIÓN»
Este compromiso se ve ahora reforzado para el 50 aniversario con la introducción de los nuevos relojes Aquatimer de IWC, entre ellos tres modelos especiales de cronógrafo dedicados al mágico archipiélago: el Aquatimer Cronógrafo Edición «Galapagos Islands», con una caja de acero fino con revestimiento de caucho y grabado en el fondo que presenta una imagen de la iguana marina de Galápagos, el Aquatimer Cronógrafo Edición «50 Years Science for Galapagos», con agujas e índices color azul radiante y el Aquatimer Cronógrafo Edición «Expedition Charles Darwin» que se presenta con la primera caja de bronce de IWC y con un retrato de Darwin en el fondo.
«Muy pocos lugares de nuestro planeta ofrecen una diversidad de especies tan fascinante, tanto en tierra como en mar, como este archipiélago único», añade Georges Kern. «Nuestros relojes Aquatimer son los acompañantes ideales para las expediciones exigentes sobre y bajo el agua y en este paraíso natural se encuentran totalmente en su elemento. Sin embargo, también somos conscientes de hasta qué punto este patrimonio mundial de la humanidad se encuentra amenazado».
Christian Knoop, director creativo de IWC, fue responsable de desarrollar la nueva gama Aquatimer. Su desafío consistió en mantener el carácter tradicional de la familia de relojes y, al mismo tiempo, velar por que los diseños fueran tanto técnica como estéticamente innovadores.
«Hemos combinado elementos de la simplicidad estética del pasado con el característico bisel giratorio interior y la facilidad de uso de un bisel exterior que resulta fácil de manipular durante una inmersión», explica Knoop. «La selección de colores más suaves y el diseño funcional rinden homenaje al primer Aquatimer que fue lanzado en 1967. Nos inspiramos en las Galápagos, en el azul del mar, las tonalidades marrones de la madera desgastada y en el gris de los diferentes tipos de piedra, mientras que la idea de crear una caja de bronce para la Edición «Expedition Charles Darwin» nació directamente cuando leímos la historia del viaje del HMS Beagle y descubrimos cómo el barco iba ampliamente equipado con herrajes de bronce. Me congratulo de que hayamos logrado integrar con el bronce un material muy atractivo y vivaz en el repertorio de las cajas de IWC».
Desde su compromiso con la Charles Darwin Foundation, IWC se ha convertido en uno de sus más importantes benefactores y, gracias a sus contribuciones anuales, ha hecho posible importantes progresos en una serie de diferentes áreas de investigación. El más reciente ejemplo es el apoyo del nuevo proyecto vital de marcado de tiburón que comenzará en julio de 2014, en el que se fijarán 123 marcas de satélite en tiburones que viven en las aguas que rodean las Galápagos con el fin de conocer más sobre sus hábitos de circulación y migración.
«La Reserva Marina Galápagos es uno de los últimos refugios de los tiburones que se han convertido en una de las especies más amenazadas del mundo, sobre todo debido a la industria de aleta de tiburón», dice Lorenz. «A través de su financiación, IWC es un motor del Galapagos Shark Research and Conservation Project. La investigación nos ayuda a comprender mejor los hábitos de circulación y migración de estas criaturas tanto dentro como fuera de la Reserva Marina Galápagos, información que nos ayudará a tomar medidas destinadas a su protección. Una de las especies más importantes que se estudiará como parte de este programa es el tiburón tigre cuyo estatus de depredador ápice lo convierte en un indicador excelente de la salud del ecosistema. Sin embargo, hasta hace poco, no se había documentado su presencia oficialmente».
«COMO MANUFACTURA GLOBAL DE RELOJES, IWC SE SIENTE COMPROMETIDA CON LA RESPONSABILIDAD SOCIAL. POR LO TANTO, HEMOS APOSTADO POR APOYAR EL TRABAJO DE LA CHARLES DARWIN FOUNDATION A LARGO PLAZO PARA HACER UN ESFUERZO CONTINUADO Y AYUDAR A PRESERVAR ESTE ESPACIO DE BELLEZA NATURAL».
La donación de IWC también ayudará a llevar a cabo el importante marcado de los tiburones ballena que, al ser los peces más grandes del mundo, suponen un atractivo muy importante para buzos que a su vez representan una fuente importante de ingresos para la economía de las Galápagos. En el futuro, el compromiso de IWC permitirá al centro de investigación enfrentarse al desafío de proteger aves importantes como, por ejemplo, el pinzón de Darwin, el sinsonte y el mosquero sangretoro, así como de investigar el amplio mundo submarino que representa una superficie considerable de dos tercios de las Galápagos.
Otros proyectos previstos para el futuro incluyen el Shark Baseline Population Assessment, un recuento de tiburones, que medirá la eficiencia de la Reserva Marina Galápagos desde su creación en 1998 y un intento de determinar las especies invasoras de la vida marina, de su flora y fauna, que puedan estar dañando tanto las islas como las aguas que las rodean. También se comenzará a trabajar en la protección de la población de aves contra las moscas parásitas invasoras y en el desarrollo de tecnologías innovadoras con el fin de reintroducir a gran escala ciertas especies de plantas sin tener que utilizar las grandes cantidades de agua que normalmente requiere un programa de este tipo.
«Desde los comienzos de nuestra colaboración con la Charles Darwin Foundation hace cinco años, Swen Lorenz ha aportado una nueva dinámica y profesionalidad a la organización, y confiamos plenamente en que cualquier donación que podamos hacer será realmente beneficiosa», concluye Georges Kern. «El ecosistema de las Islas Galápagos es único, pero sin una gestión cuidadosa podría perderse fácilmente. Yo, personalmente, me siento muy orgulloso de que el compromiso de IWC ayude a asegurar que tal tragedia nunca pueda hacerse realidad».
Estos proyectos y la propia Charles Darwin Foundation también serán apoyados por IWCa través de su sitio web. Presentando detalles del programa actual del marcado de tiburón, así como información sobre la colaboración, IWC seguirá involucrando a sus clientes alrededor del mundo en el trabajo comprometido y beneficioso de la Charles Darwin Foundation.
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