Los icónicos relojes de bolsillo Pallweber, lanzados a finales del siglo XIX, constituyen uno de los hitos más significativos de la historia de IWC Schaffhausen: en lugar de agujas, tenían una indicación digital que mostraba las horas y los minutos mediante cifras de gran tamaño. Para conmemorar su 150 aniversario, la manufactura relojera de lujo presenta los primeros relojes de pulsera equipados con indicación de cifras saltantes. El nuevo calibre manufactura 94200, mediante el uso de un engranaje separado con un barrilete propio para hacer avanzar los discos de indicación, ha sido desarrollado especialmente para este reloj.
En Schaffhausen, la era digital empezó pronto, concretamente en 1884. Ese fue el año en el que IWC manufacturó sus primeros relojes de bolsillo Pallweber. "Estos relojes contaban con un diseño de vanguardia e indicaban las horas y minutos usando cifras de gran tamaño", explica Christian Satzke, gerente de proyectos del departamento de desarrollo de movimientos de IWC Schaffhausen. Josef Pallweber, un relojero de Salzburgo, fue el inventor del reloj de cifras saltantes. Johannes Rauschenbach-Schenk, director de IWC en aquel momento, quedó cautivado por la moderna indicación de la hora y registró la patente de la innovadora tecnología que permitía su funcionamiento. Para el año 1890, IWC había producido 20.000 de estos relojes.
El primer reloj de pulsera con indicación de cifras saltantes
Como parte de su colección aniversario, la compañía se enorgullece de presentar el IWC Tribute to Pallweber Edición "150 Years" con una indicación de cifras saltantes para las horas y los minutos. El diseño del reloj, disponible en ediciones limitadas de platino, oro rojo de 18 quilates o acero inoxidable, se inspira en gran medida en el original. Las esferas, laboriosamente revestidas con hasta doce capas de laca de alta calidad, están inspiradas en las esferas de esmalte que incluían los relojes Pallweber originales. Y, del mismo modo que en estos, las ventanillas de la indicación digital tienen la inscripción "Hours" y "Minutes".
La caja, por su parte, muestra una nueva característica: "Desarrollamos desde cero una solución novedosa para la complicada tarea de mover los discos de indicación, la cual hemos patentado", confiesa Satzke. En los movimientos del Pallweber original, los discos de indicación avanzaban mediante ruedas dentadas cuyos dientes estaban espaciados de forma desigual. Cuando había un hueco entre los dientes, la potencia del muelle real se transfería directamente a la rueda de un minuto. Sin embargo, este diseño acabó sufriendo fluctuaciones en la amplitud del volante, lo que se traducía en que los movimientos estaban expuestos a un mayor desgaste. Y el hecho de que la energía necesaria para hacer avanzar los discos de indicación se obtuviese del barrilete se traducía en que la reserva de marcha era algo limitada.
Hemos desarrollado una solución completamente nueva para la costosa tarea de mover los discos de indicación
Un engranaje separado para hacer avanzar los discos de indicación
El calibre de la manufactura 94200 de IWC, que incluye 290 piezas individuales y necesitó cinco años para su desarrollo, ahora desconecta los discos de indicación del engranaje que impulsa el reloj. Esto es posible gracias a que cuenta con dos engranajes separados, cada uno con su propio barrilete. El primero proporciona el movimiento con la potencia y el segundo se encarga de los discos de indicación. Ambos barriletes están conectados con un mecanismo de desenganche. Cada 60 segundos, desengancha el engranaje y lo vuelve a enganchar de inmediato. Comparado con el movimiento del Pallweber original, se trata de una mejora importante: "El hecho de que el avance de los discos de indicación prácticamente haya dejado de tener influencia en la transmisión de potencia al volante se traduce en que podemos garantizar una marcha precisa y una reserva de marcha de 60 horas", explica Satzke resumiendo las principales ventajas del movimiento.
El mecanismo de desenganche está montado en la tercera rueda, que da una vuelta sobre su propio eje cada cuatro minutos y es parte del mecanismo principal del reloj. Una leva fijada al piñón levanta la palanca de desenganche desde un lado. Cada vez que se completa un minuto, la palanca salta y libera la rueda de desbloqueo conectada al engranaje de los discos de indicación. Salta hacia adelante y avanza el disco de un minuto una sola posición. El procedimiento se repite nueve veces. Una vez tiene lugar la décima secuencia, un riel del disco de un minuto encaja con la rueda de Ginebra del disco de diez minutos y lo hace avanzar. Una clavija situada en la parte inferior rota con la rueda de Ginebra intermedia. Cuando el disco de los diez minutos está en "5" y el de un minuto en "9", la rueda de Ginebra intermedia avanza el anillo de 24 horas a la siguiente posición.
Una rueda de Ginebra hace la conexión
Del mismo modo que en los relojes Pallweber originales, un mecanismo de Ginebra con una forma geométrica inusual es el encargado de unir los componentes. Esta disposición evita que los discos de indicación se muevan de su sitio y los mantiene perfectamente sincronizados. Una de las ventajas de este diseño es que las indicaciones digitales pueden moverse hacia adelante y hacia atrás usando la corona exclusivamente. No obstante, para su producción exige la mayor calidad posible. Las tolerancias permisibles son extremadamente bajas y las superficies deben ser absolutamente planas. La forma del mecanismo de Ginebra se calculó usando CAD y ajustes de precisión hasta que las pérdidas por fricción se redujeron de forma considerable. Los ingenieros encargados del diseño también realizaron mejoras significativas en la precisión del modelo actual. El avance de los discos tiene lugar en solo una décima de segundo.
El cambio de disco de hora requiere una gran cantidad de energía, ya que deben girar de forma simultánea cuatro ruedas diferentes. Por lo tanto, los componentes deben ser lo más ligeros posible. El anillo de las horas, por ejemplo, está realizado en aluminio y solo pesa 0,41 gramos. La aleación metálica relativamente ligera está elaborada con un templado especial para evitar el desgaste. Ambos barriletes reciben la cuerda a través de la misma cadena de engranajes. Los barriletes y la cadena de engranajes se diseñaron para rotar a diferentes velocidades. "Esto permite que el barrilete que propulsa los discos de indicación siempre disponga de energía suficiente para hacer avanzar el mecanismo, incluso cuando la reserva de marcha del reloj está próxima a agotarse", explica Satzke.
El calibre de la manufactura 94200 desconecta los discos de indicación del engranaje que impulsa el reloj
El sonido mecánico del reloj marca los saltos.
A pesar de que el mecanismo del Pallweber está basado en una invención de hace 130 años, no ha perdido ni un ápice de su poder de fascinación. El cambio de cada hora es un acontecimiento espectacular, y ocurre 24 veces al día. Cuando el "59" de la ventanilla de los minutos cambia a "00", la hora avanza una posición de forma instantánea. Los saltos están acompañados de un sonido mecánico proveniente del interior del reloj. "Recuerdan que el mecanismo subyacente es de una complejidad extraordinaria. Un reloj digital mecánico sin batería no es menos increíble hoy que un reloj sin agujas en 1884", declara Satzke.
EXPLORE MÁS ARTÍCULOS
Time Machines
Desde los calibres de Jones, pasando por los Da Vinci con el Calendario Perpetuo de Kurt Klaus hasta el Portugieser Sidérale Scafusia: diez productos marcan el legado de IWC y son la base de su éxito mundial.
Cronograma
La historia de IWC comienza con su espíritu pionero y una idea empresarial llena de valor: el relojero americano Florentine Ariosto Jones fundó la International Watch Company en Schaffhausen en 1868.
NOVEDADES DEL SIHH 2018: UNA CONMEMORACIÓN DE ANIVERSARIO EN BLANCO Y AZUL
Para su 150.o aniversario, IWC Schaffhausen reinterpreta más de 24 relojes favoritos. Descubra la colección aniversario de IWC con esferas laqueadas blancas o azules lanzada en el SIHH 2018.