Reconozco que ser un Tourbillon ya no es para tanto. Numerosas marcas lo ofrecen en una plétora de versiones extravagantes: con uno, dos o incluso cuatro tourbillones en un solo reloj, diseñados para parecerse a un sistema solar o incluso al motor de un coche deportivo. Todas ellas opciones muy interesantes. Pero no hay que olvidar que lo que realmente cuenta no es solo lo que haces, sino cómo lo haces.
Nuevo Movimiento de Manufactura- Exclusivamente para Mí
Una de las cosas que más orgullo me procura es el hecho de que el departamento de I+D de IWC haya desarrollado un nuevo movimiento de manufactura exclusivamente para mí: el movimiento interno de cuerda manual calibre 81905, para ser exactos. Consta de 159 componentes individuales que me permiten hacer tic-tac durante 84 horas seguidas sin necesidad de energizarme de nuevo. Si me da la vuelta, obtendrá una hermosa vista del movimiento a través de mi fondo de caja de cristal de zafiro que, por cierto, lleva un revestimiento antirreflectante en ambas caras para permitir una visión clara.
Lo que también me ayuda a mantener el flujo de energía es el hecho de que IWC ha utilizado la innovadora tecnología Diamond Shell® para revestir tanto áncora como la rueda del áncora . ¿Por qué lo harían? Porque el revestimiento —junto con su geometría ligeramente optimizada— reduce la fricción entre estas partes y garantiza que mi corazón y mi cerebro reciban suficiente energía en todo momento.
Evidentemente, la parte más interesante de mí es mi tourbillon de los minutos volante, que puede detenerse por completo. Esto permite a mi portador ajustar la hora con una precisión que haría que muchos otros relojes tourbillon estuvieran celosos. Situado a las 6 horas en una esfera plateada increíblemente sencilla y abierta, mi tourbillon disfruta mucho siendo el centro de atención.
Protegido por 18 ct. Armor Gold®
Pero, seguramente se esté preguntando: ¿qué diferencia hay exactamente entre un tourbillon y un tourbillon volante? Pues bien, la jaula de un tourbillon clásico está fijada con un puente superior que a menudo resulta en una vista parcialmente obstruida. A algunas personas puede parecerles molesto. Pero no ocurre lo mismo con el tourbillon volante. Su jaula se sujeta por un solo lado, lo que da la impresión de que el tourbillon flota libremente dentro del movimiento. Al final, no solo se obtiene una mejor vista del tourbillon, sino que también puede que se consiga una mayor apreciación de este diminuto mecanismo que consta de 56 componentes y pesa poco más de 0,6 gramos.
De nada serviría crear mi delicado funcionamiento interno si no pudiera contar con una protección firme, constante e integral. Mi caja está hecha de 18 ct Armor Gold® que es una nueva variante del oro rojo convencional. Un sofisticado proceso transforma la microestructura de la aleación, haciéndola considerablemente más dura y resistente al desgaste que las aleaciones de oro tradicionales.
Verá, puede que sea un reloj discreto con un diseño depurado, pero siempre haré todo lo posible para proteger a mi pequeño «torbellino» volante.
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