IWC tiene una larga tradición en la fabricación de movimientos de cuerda manual. Con la familia del calibre 59000, que actualmente es la fuerza que impulsa al Portofino y al Portugués Cuerda Manual Ocho Días, los diseñadores de Schaffhausen han creado una verdadera potencia. «La intención era lograr que el usuario solo tuviera que dar cuerda al reloj una vez por semana», explica Gäumann.
En la práctica, varios factores influyen en la reserva de marcha. Uno de los más importantes es la capacidad de almacenamiento de energía: mientras más grande el barrilete y más larga la espiral, más revoluciones completará la rueda del barrilete, alimentando por más tiempo al tren de ruedas. Pero complicaciones como el cronógrafo consumen energía y disminuyen la reserva de marcha al estar activas. Además, hay una pérdida de eficacia ocasionada por la transmisión de fuerza en el tren de ruedas y el consumo de energía por parte del escape.
Con esto en mente, los diseñadores decidieron omitir todas las complicaciones en el nuevo calibre de cuerda manual, a excepción de las indicaciones de la fecha y de la reserva de marcha. El barrilete de generosas proporciones mide 1,7 centímetros de diámetro y alberga una espiral de 86 centímetros de largo que descarga su energía en 14 revoluciones.
Para ponerlo en perspectiva: los movimientos cronógrafo de IWC cuentan con una espiral de tan solo 50 centímetros de largo, que se descarga en 11 revoluciones. La energía almacenada por los calibres 59000 podría durar nueve días. Pero con el fin de garantizar que el nivel de energía liberado – y por ende la marcha – se mantenga lo más constante posible, el movimiento se detiene de manera automática al cabo de 192 horas, es decir, ocho días. La indicación de reserva de marcha permite saber cuánta energía queda en cualquier momento.