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HISTORIA DE LOS RELOJES DE AVIADOR DE IWC
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Los Relojes de Aviador son la esencia de IWC Schaffhausen. Los pilotos han confiado en ellos durante generaciones por su precisión, su durabilidad y su estructura, diseñada para resistir las condiciones de vuelo más exigentes. Estos relojes se han convertido en mucho más que simples instrumentos y se consideran la máxima expresión del «reloj-herramienta», indispensable tanto en el aire como en la tierra. Esta página pone de manifiesto los orígenes de los Relojes de Aviador de IWC, que se han convertido en un referente para los relojes de aviación. Modelos emblemáticos como el Mark 11, el Gran Reloj de Aviador y el Reloj de Aviador Especial definen el reloj de aviador clásico, con su diseño de líneas limpias, su excelente tecnología y sus materiales innovadores.
Descubra los orígenes del reloj-herramienta por excelencia.
— Primer Reloj de Aviador de IWC, fabricado en 1936, con cristal de seguridad, bisel giratorio, escape antimagnético, y agujas y números con acabado luminiscente.
ENGRANAJES PARA LA SUPERVIVENCIA
En 1936, IWC presentó el Reloj de Aviador Especial (ref. IW436). Se trataba de su primer Reloj de Aviador, diseñado para adaptarse a las exigencias extremas de la aviación. En aquella época, los pilotos no disponían de GPS ni de indicadores de combustible, por lo que dependían de sus relojes no solo para orientarse, sino también para calcular su consumo de combustible. Medir el tiempo de forma precisa y fiable era una cuestión de vida o muerte.
IWC respondió a esta demanda con un reloj de aviador que contaba con un bisel giratorio para registrar las horas de despegue, así como con un escape antimagnético para garantizar la precisión incluso en las condiciones de vuelo más extremas. Diseñado para resistir cambios de temperatura descomunales de –40 °C a 40 °C (–40 °F a 104 °F) y grandes fuerzas de aceleración, este reloj se convirtió en una herramienta de supervivencia.
EL LEGADO DE HOMBERGER
Los impulsores del primer Reloj de Aviador Especial de IWC fueron Hans Ernst y Rudolf Homberger, hijos del propietario de IWC, Ernst Homberger. Ambos eran pilotos cualificados y su experiencia fue crucial para desarrollar el reloj, ya que ello garantizó que se cumplieran las rigurosas exigencias del medio aéreo.
El resultado fue un reloj que estableció un nuevo referente de durabilidad, precisión y funcionalidad en aeronáutica. El Reloj de Aviador Especial pronto se convirtió en una herramienta de confianza, que materializó el espíritu pionero de IWC y erigió su legado en el mundo de la aviación.
— Es muy probable que Rudolf Homberger (imagen) y su hermano mayor Hans Ernst Homberger, pilotos deportivos en los años 30, convencieran a su padre para que fabricara un reloj especial para aviadores. Source: George Fischer Archive
— Rudolf Homberger. Source: Georg Fischer Archive
PILOTOS Y DEPORTISTAS APASIONADOS
Los hermanos Homberger, educados en Inglaterra, adoptaron el estilo de vida de los caballeros británicos. Apasionados de la aviación y los deportes, ganaron trofeos en la modalidad de remo por toda Europa. En 1936, Hans Ernst Homberger obtuvo su licencia suiza de piloto. El mismo año, IWC lanzó su primer «reloj de aviador especial». Esta conexión entre la familia Homberger y la aviación fue uno de los motivos clave que impulsaron a IWC a fabricar relojes de aviador.
— En 1936, Hans Ernst Homberger obtuvo su licencia suiza de piloto. Ese mismo año, IWC lanzó su Reloj de Aviador Especial.
— Campeones de remo: los hermanos Homberger tras una victoria en Zúrich; célebres deportistas y medallistas de plata en campeonatos internacionales.
¿POR QUÉ LA CORONA TIENE UN TAMAÑO TAN GRANDE?
Cuando se trata de relojes de aviador, a veces, el tamaño sí importa. El Gran Reloj de Aviador con calibre 52 T.S.C. (ref. IW431) encarna esta filosofía y ha inspirado el diseño de muchos relojes de IWC durante medio siglo.
La esfera minimalista del Gran Reloj de Aviador, diseñada para la navegación astronómica, se creó para agilizar su lectura y permitir a los pilotos de aeronaves controlar la hora sin perder la concentración. La larga correa de piel de becerro fijada mediante remaches se diseñó pensando en su funcionalidad y permite su ajuste cómodo sobre los gruesos monos de piloto. En cuanto al gran tamaño de la corona, los pilotos solían llevar guantes de vuelo acolchados para conservar el calor en las heladas cabinas, lo que complicaba las operaciones de ajuste de los relojes. El gran tamaño de la corona facilitaba su manejo. Con una producción de solo 1000 unidades, el Gran Reloj de Aviador se ha convertido hoy en día en un artículo codiciado por los coleccionistas.
Aquí podrá descubrir más detalles sobre los modelos recientes del Gran Reloj de Aviador.
— El Gran Reloj de Aviador, que se lanzó en los años 40, luce una impresionante caja de 55 mm y pesa 183 gramos.
— El reloj Mark 11 de IWC, lanzado en 1948, se creó para los pilotos de la RAF (Real Fuerza Aérea del Reino Unido). Contaba con un movimiento con el calibre 89 que protegía el reloj de los campos magnéticos. Fue empleado por el personal aéreo hasta principios de los años 80.
UN RELOJ ROBUSTO, LEGIBLE Y ANTIMAGNÉTICO
IWC marcó un hito con los relojes de aviador que diseñó para la RAF, la Real Fuerza Aérea del Reino Unido. Estos relojes se reconocían fácilmente por la flecha ancha que lucían en la esfera. Usados exclusivamente en servicio para la Corona británica, fueron los primeros relojes que incorporaron una caja interna de hierro dulce para proteger el movimiento frente a los campos magnéticos que podían modificar su precisión o incluso detener el reloj por completo.
El reloj Mark 11, lanzado en 1948, se convirtió en un referente para la precisión militar. Su icónico diseño inspiró relojes para civiles y modelos posteriores. La RAF (Real Fuerza Aérea del Reino Unido) solicitó relojes impermeables, de alta precisión y que contaran con protección frente a los campos magnéticos.
Con una caja compacta de 36 mm, el reloj Mark 11 incorporaba el movimiento manual con el calibre 89 más pequeño y mantenía la esfera de color negro mate y los llamativos números arábigos. Su jaula interna de hierro dulce garantizaba la resistencia frente a los campos magnéticos en la cabina, un requisito indispensable para la RAF. Durante tres décadas, los pilotos británicos confiaron en el reloj Mark 11 que, finalmente, lució también en las muñecas de pilotos de otros países de la Mancomunidad de Naciones, como Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.